
El ser humano obedece a las leyes del lenguaje pues se ha separado de las leyes naturales, se ha desnaturalizado y por tanto ha perdido sus instintos, según esto no se puede decir que la orientación sexual sea producto de la programación genética o que sea como en los animales mamíferos que se desencadena una respuesta sexual natural ante un estimulo de la hembra.
La determinación biológica dice que el medio ambiente hormonal del embrión es responsable de la masculinización o feminización del cerebro.
La ciencia desestima al sujeto humano al no ver en él otra realidad diferente a la biológica; tiene una explicación reduccionista, se limita al estudio del organismo dejando a un lado lo psíquico, una causalidad ubicada entre lo orgánico y lo ambiental que no se reduce a ninguna.
El ser hombre o ser mujer es una posición realmente subjetiva que no se puede limitar a la formación de los cromosomas en xx o xy ó a la posesión de pene o vagina. El falo marca la diferencia sexual entre hombres y mujeres así: lo tiene o no; pero, es necesario que el sujeto subjetive su sexo, que le dé un significado.
El ser humano vive una realidad muy diferente a los animales por el hecho de habitar el lenguaje, es la realidad psíquica. El ser hombre o mujer es una conquista psicológica y una decisión subjetiva y propia de cada quien no un dato natural del sujeto, influye además el deseo inconsciente de los padres que se presenta cuando dicen más de lo que deben o menos de lo que puede. Hay una determinación psíquica cuando la posición subjetiva de los hijos se corresponde con el tipo de padres que ha tenido.
En todo caso la posición sexual es subjetiva y la determina el propio sujeto quien es totalmente responsable de su decisión.
Para el psicoanálisis la posición sexual de un sujeto se construye a partir de los vínculos establecidos en su primera infancia con sus primeros objetos de amor.
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